Zartosht(persa) o Zoroastro(griego) o Zaratustra(occidental), fue un profeta iraní. Sus fechas de vida se disputan y algunos le datan en el segundo milenio a.C. mientras otros como contemporáneo de Ciro de Persa en el primer milenio, la Edad Axial.
Antes de Zarathustra los antiguos Persas veneraban los dioses de la religión Irano-Aria. Los Zoroastros introdujeron el monoteísmo y veneraban a un solo Dios: Ahura Mazda. Esto dividió los Irano-Arias de los Indo-Arias que luego crearon el Hinduismo. Cuando Ciro el Grande instauró el imperio persa (580 a.C.) el zoroastrismo llegó a ser la religión imperial.
Hay múltiples similitudes entre el zoroastrismo y el cristianismo que se pueden comparar por su libros sagrados: la Biblia y las Avestas. Los paralelismos más notables son en su teologías, escatologías y antropologías.
En teología la similitud más llamativa es el monoteísmo, común a ambas religiones. Es curioso notar que Abran que, según los textos bíblicos, era habitante de Ur de los Caldeos, posiblemente abandonó esta ciudad después de que su producción agrícola decayó debido a la salinidad del suelo. Ur fue incorporado por los persas en 540 a.C. con la consecuente influencia de su religión zoroastra y el monoteísmo. Abran migró al norte con los otros habitantes y podía haber acabado en Palestina. En aquellas fechas los judíos volvían de Babilonia, liberados por Ciro, para reconstruir el templo en Jerusalén. Todos estos migrantes habían sido expuestos a la idea del monoteísmo predicada por los profetas del exilio. La experiencia en Babilonia y la tradición abramica quizás se unieron para la aceptación del monoteísmo por parte de los judíos. El judaísmo, cristianismo y mahometismo adoptaron una fe abramica y monoteísta, posiblemente influenciados por el precursor zoroastriano.
El concepto de Dios en ambas tradiciones considera que es infinito e inmaterial. También están de acuerdo que en su esencia hay multitud de personas, es decir que es simultáneamente multipersonal y unidad. (Islam y el Judaísmo difieren en que su Dios es una monopersonalidad.) Los zoroastras reconocen hasta 7 inmortales independientes como parte de Ahura Mazda. Aquí hay una cierta similitud con el Dios trine cristiano e incluso con la creencia en ángeles y otros seres metafísicos.
Ambos Dioses también son Creadores del mundo, omnipresentes y personales.
Sin embargo el cristianismo no cree en la dualidad del buen y el mal como el zoroastrismo. Lucifer fue creado por Dios y escogió el mal; los Zoroastras creen en una lucha entre iguales de dos entes metafísicos: el bien Ahura Mazda y la Mentira, Angra Mainyu y sus huestes.
En antropología las dos tradiciones admiten un estado de lucha entre el bien y el mal y el libre albedrío de los humanos de escoger uno u otro. Son responsables de sus actos y tendrán que rendir cuentas de sus decisiones morales. Sin embargo la mala decisión está vista por los zoroastras como un error, no un pecado voluntario y consciente como en el cristianismo. La salvación zoroastra se alcanza pesando las buenas obras y los errores en una balanza. Se obtiene la salvación amontonando más créditos de buenos pensamientos, palabras y acciones que errores.
El cristianismo, en cambio, percibe el pecado como la transgresión de las leyes divinas. El cristiano es culpable de pecar y desde allí debe obrar para salvarse.
Las dos religiones son escatológicas porque se enfoquen hacia el futuro y el final de todas las cosas. Ambas perciben la muerte como un paso a una vida diferente. Juicio final, retribución, resurrección, cielo e infierno forman parte integral de esta base escatológica.
Al morir el alma del Zoroastro sube acompañado por el ángel guardián y encuentra una 'daena' en forma femininina y cuya belleza o fealdad refleja el balance de buen y mal obrado por la persona en su vida. Se ejecuta el juicio sobre el 'puente separador' que lleva al paraíso (originalmente una palabra persa). Si se ha obrado bien en pensamiento, obra y palabra, el puente se ensancha y se puede pasar; en caso contrario se estrecha y el caminante caí al infierno. Al entrar en el paraíso el alma pasa la barrera a la felicidad eterna y espera reunirse con el cuerpo el gran día de la resurrección.
La transición cristiana de la muerte es similar. Paul describe cómo esta es un paso a la inmortalidad esperando la llegada final de Cristo al final de los tiempos. También hay un juicio intermediario decidido no por un balance sino por un Dios omnisciente.(Rom.2/6) El castigo eterno espera los que no entran al paraíso (Mateo 25/46).
El juicio final con retribuciones aparece en las dos creencias. Para el zoroastrismo Ahura Mazda triunfará finalmente sobre los de la Mentira, Angra Mainyu y sus huestes. (Yasna 30/8).
El final cristiano hace eco de estos conceptos pero relatados diferentemente. Empieza con la segunda llegada de Cristo y el juicio de Dios, todo sin avisar y con fuego y destrucción (2 Pedro 3/10). Finaliza con la promesa de una nueva tierra y cielo, La Nueva Jerusalén.
La antropología encuentra la escatología de ambas fes en la resurrección. Los Zoroastros creen que recibirán su cuerpo de nuevo (Bundahishn 30/6, 10). Esta resurrección literal crea un ambiente de santidad respecto a los cadáveres en la comunidad zoroastra.
Los cristianos tienen la resurrección de Jesús como base de su mensaje (el kerigma). Es el modelo de la futura resurrección de todos los mortales. Si no fuera así, según Pablo su testimonio sería falso (1 Corintios 15/15).
Los paralelismos entre las dos religiones existen en su teología, antropología y escatología. Sin embargo difieren en el politeísmo y dualismo zoroastros y en su base de salvación por buenas obras.
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